Panza y Andanza » Sin categoría http://panzayandanza.es Diario Gastronómico-Viajero Thu, 05 May 2016 07:45:35 +0000 en hourly 1 http://wordpress.org/?v=3.1.4 Peregrinos en Santiago de Compostela http://panzayandanza.es/index.php/peregrinos-en-santiago-de-compostela/ http://panzayandanza.es/index.php/peregrinos-en-santiago-de-compostela/#comments Thu, 05 May 2016 07:40:04 +0000 panzayandanza http://panzayandanza.es/?p=198

Tanto para el que alguna vez ha disfrutado de recorrer como peregrino el itinerario del Camino de Santiago, alcanzando su meta, descendiendo en su último tramo desde el monte del Gozo, como para el que acude a esta ciudad a conocer sus maravillas, llegar a la Plaza del Obradoiro y detenernos a contemplar la fachada de la Catedral y su entorno, resulta sobrecogedor.Sin duda alguna es el centro neurálgico de una ciudad declarada patrimonio de la humanidad por méritos propios. El ágora se encuadra en el esplendor barroco de la citada fachada donde impresiona su detalle y verticalidad, acompañada por el Hostal de los Reyes Católicos, el Palacio de Raxoi, donde se ubica el Ayuntamiento compostelano, y por último el colegio de San Jerónimo, actual sede del Rectorado de la Universidad. La visita a la Catedral resulta imprescindible: el pórtico de la gloria, obra del Maestro Mateo, es la cumbre de la escultura del románico en España, y un paseo por las naves hasta culminar con el obligado abrazo al apóstol nos envuelven en un marco dedicado a la devoción cristiana que nos termina de sorprender si tenemos la fortuna de contemplar cómo el botafumeiro se eleva y desciende impregnando de incienso todo el templo. Circundando la catedral, se encuentran espacios que no desmerecen el conjunto artístico, empezando por la Plaza de las Platerías, la Casa del Deán, la Plaza de las Azabacherías, y la Plaza de Quintana. Muy cerca se encuentra también el Monasterio de San Martín Pinario, seminario mayor, donde destaca el retablo del altar y la espléndida sillería del coro. Igualmente hay multitud de iglesias de las que podríamos destacar la de Santa María del Camino, y la de San Fiz de Solovio. No podemos dejar de hacer mención a la tradición universitaria de Compostela, que es de todos conocida, no sólo su prestigiosa Universidad, sino también por su ambiente estudiantil. Es curiosa la visita a la Casa de la Troya (actualmente museo de la Tuna), recreación física de la residencia de estudiantes de la famosa novela de Alejandro Pérez Lugín; e igualmente deberemos visitar el Colegio de Fonseca y, por su cercanía, lanzarnos a hacer otro tipo de peregrinaje, esta vez de vinos, en la Rua do Franco, y llegar a completar  el famoso “Paris-Dakar” de los estudiantes compostelanos. Pero sin llegar a desmerecer de ningún modo este impresionante conjunto histórico y cultural, sino en completa armonía con él, la ciudad tiene una atmósfera que sugiere el paseo cadencioso, la búsqueda del rincón más escondido, a guarnecerse de la lluvia en los numerosos soportales del casco antigüo, con ese clima tan húmedo y característico de Galicia. La vieja y sabia piedra de la cual está hecha nos enseña y abraza para siempre acogernos en su regazo.

Y para hablar de pitanza en Santiago hay que perderse por esas callejuelas y buscar el lugar que nos preste a tomarnos un vino, eligiendo entre esos vinazos de ribeiro, albariño o godello y dar gracias al cielo por estar vivos para disfrutar de la experiencia. Salir de tascas es una religión en Santiago, y a fe mía que no hay pocas en la ciudad, pero no voy a dejar de decir cuáles son mis preferidas, y casualmente unas cuantas de ellas están en la Rua Raiña, en pleno corazón del Santiago más tradicional, y son O Gato Negro, Orella y María Castaña. En O Gato Negro es el local al que nunca dejo de acudir  cuando voy por esos lares, a probar la empanada del día y beber vino de la tierra en taza. El Orella, está, como su nombre indica, especializado en la oreja de cerdo. Y en el María Castaña te puedes comer un buen pulpo a feira, unos berberechos, o unas vieiras, por ejemplo. Otras capillas imprescindibles son el Trafalgar (Travesa do Franco, 1), especializado en mejillones picantes (tigres); el Sobrinos del Padre, La Casa del Buen Pulpo (Rua da Fonte de San Miguel, 6), sin palabras; La Tita (Rua Nova, 46), para los amantes de la tortilla de patatas; A Gamela (Rua da Oliveira, 5), lugar para degustar setas y revueltos; La Taberna do Bispo, (Rua do Franco, 37), con una barra de pinchos y mariscos; Casa Pepe (Cantón de San Bieito, 5), buenos vinos, quesos y embutidos. En fín, la lista es interminable, y el capítulo de restaurantes nos llevaría a varios monográficos. Lo que sí que recomiendo encarecidamente es dar una vuelta por el mercado de Abastos, tanto para ver el producto que llena los platos de los compostelanos y disfrutar del ambiente,  como para tomar unos vinos acompañados de las viandas que más se nos antojen, un lugar para disfrutar.

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De Viaje por la Bella Cracovia II (La panza) http://panzayandanza.es/index.php/de-viaje-por-la-bella-cracovia-ii-la-panza/ http://panzayandanza.es/index.php/de-viaje-por-la-bella-cracovia-ii-la-panza/#comments Thu, 31 Mar 2016 09:19:00 +0000 panzayandanza3 http://panzayandanza.es/?p=180

Querido Joaquín, no sé por dónde empezar a contar nuestras experiencias con “las cosas del comer” en nuestra entrañable escapada cracoviana, pues, prácticamente, lo probamos todo, no nos faltó ni un solo detalle gastronómico local por conocer.
En fin, pocas son las palabras que tengo para lisonjear con el fervor que merece toda la excelente y variada cocina que nos encontramos en las típicas tabernas, en los restaurantes judíos del barrio de Kazimierz, en los bares comunistas -bares de leche-, incluso en los populares puestos callejeros.

Y, por supuesto, digno de destacar es el fabuloso homenaje gastronómico que nos regalamos en el restaurante Ogniem i Mieczem, especialistas en comida polaca del siglo XVII y considerado uno de los mejores del lugar. El aspecto exterior es de un edificio del siglo XIX, se asemeja a una granja tal vez, pero interiormente está completamente forrado de madera, que recuerda a los clásicos pabellones de caza o la típica casa del lago de canadiense. Y no podían dejar de sorprendernos las magníficas delicias gentilmente servidas por la camarera de nuestra mesa, ataviada con el traje tradicional polaco, consistentes en una selección de platos de degustación, desde vegetarianos hasta pescados, pasando por las costillas, bistecs o pollo con miel y hierbas.
Como somos unos viajeros incansables, muy activos y nos gusta terminar las jornadas turístico-culturales con una buena mesa, como no podía ser de otra manera, uno de los restaurantes que elegimos a tal efecto fue el Starka; en su fachada reza: “restaurant & vodkas”, eso lo dice todo, ¡¡¡magistral!!!, para levantarse y aplaudir.
En este magnífico país el Vodka se bebe solo, en combinados o como acompañamiento para comer arenques o pepinillos fermentados. Entre los vodkas más populares está el Zubrówska, el de la etiqueta con el bisonte, con su característica brizna de hierba en el interior de la botella que le confiere su característico sabor y color verdoso.
Los “bares de leche” (Bary Mleczny) son restaurantes heredados de la época comunista que estaban subvencionados por el Estado para poder ofrecer precios asequibles a los trabajadores. El término “leche” se refiere a que las comidas allí servidas se basaban en productos lácteos como ingrediente fundamental. Son locales con mínimas comodidades y decoración muy básica, pero muy baratos. Entretenido fue el trayecto para llegar al barrio comunista de Nowa Huta, a 15 kms al este del centro, un complejo residencial levantado en torno a la acería Lenin, diseñado bajo la idea inicial de “paraíso del trabajador”; mereció la pena parar a refrescar los gaznates en el café-restaurante Stylowa, en la mismísima Plaza Central del barrio, elegido por el mismísimo Stalin para degustar, al igual que nosotros, la popularísima e impronunciable cerveza Zywiec.
Los restaurantes de comida rápida tradicional polaca, y no me refiero a las grandes franquicias internacionales de fast-food, los encontramos en puestos a pié de calle donde se come, de pié, sentados en un bordillo o apoyados en un banco público, la típica comida barata a base de rosquillas o paninis calientes rellenos de queso fundido con otros ingredientes. Inolvidable experiencia que vivimos en la mencionada Plac Nowy en Kazimierz.
Y para finalizar el gastro-relato, no puedo dejar de mencionar el nexo común de todos ellos: el Pierogi, probablemente el plato más popular y más conocido de la gastronomía polaca; es un tipo de pasta con forma de empanadilla que se puede rellenar casi con cualquier cosa: queso, patata, col fermentada, carne, huevo e incluso fruta; se suele acompañar con alguna salsa y en su aspecto se asemejan a los raviolis italianos.
No obstante todo lo anterior, digna de mención es la vida nocturno-cultural de la ciudad vieja, donde numerosos clubs se llenan de música en vivo, con excelentes sesiones de Jazz, ofreciendo a los noctámbulos esa fracción de ocio que no te debe de faltar en toda escapada con tus “álter ego”.
Un fuerte abrazo.

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De Viaje por la Bella Cracovia I (La andanza) http://panzayandanza.es/index.php/de-viaje-por-la-bella-cracovia-i-la-andanza/ http://panzayandanza.es/index.php/de-viaje-por-la-bella-cracovia-i-la-andanza/#comments Wed, 23 Mar 2016 09:09:14 +0000 panzayandanza http://panzayandanza.es/?p=174

En un reciente viaje, a comienzos de agosto, un grupo de amigos elegimos como escapada vacacional la ciudad de Cracovia. Es de ley reconocer que de primeras poco conocíamos de esta población polaca, pero, con cierta antelación y ante la ansiedad del viaje, comenzamos a informarnos sobre qué ver, qué hacer y qué comer, fundamentalmente, descubriendo que las expectativas eran inmejorables, como luego se demostró.

Llegados al lugar, aposentados en el vetusto y muy céntrico hotel Saski, nos echamos a la calle ávidos de empezar nuestra visita. La primera y grata sorpresa fue comprobar que estábamos justo al lado de la Plaza Mayor, sin duda alguna, una de las perlas de la ciudad, de dimensiones más que considerables, considerada entre las plazas más grandes de Europa, donde se concentra la mayor parte del ambiente de la ciudad. Rodeada de bellos edificios de época, restaurantes con sus terrazas, tiendas e iglesias, en el centro se sitúa la Lonja de los Paños, construcción renacentista dedicada, con multitud de puestos en su interior, a la venta de joyas (elaboradas con el preciado ámbar del Báltico), recuerdos y artesanía. No dejemos de lado, en una de las esquinas de la plaza, o sea, que no se nos olvide verla, la muy hermosa Iglesia gótica de Nuestra Señora, resaltando por su policromía y  preciosas vidrieras. A partir de ese momento, una vez orientados, nos lanzamos a callejear por el casco viejo, en el marco de una ciudad medieval irrepetible, intercalando las visitas con cerveza polaca, de gran calidad y servida en copas de tamaña dimensión para nuestro regocijo. La idea tras ese repentino semblante de la ciudad fue contratar un vehículo eléctrico de los muchos que hay para el recorrido turístico y así tomar dimensión de lo que debíamos visitar. Así conocimos en una vista rápida, para repetir después a lo largo de los días de duración del viaje, y ya con la parsimonia que se requiere, alguno de los trozos de la muralla, y la Puerta de Florián; la Barbacana; la colina de Wavel –verdadera ciudadela donde se instala el Castillo, acompañado de edificios de todo estilo, y lugar en el cual se coronaba a todos los reyes polacos; y también la majestuosa catedral- emplazamiento privilegiado con una vista genial a toda la ciudad y especialmente al río Vístula; la fábrica de Schindler (recordemos la famosa película de Steven Spielberg La Lista de Schindler) y su detallado museo sobre el holocausto y la segunda guerra mundial; el barrio de Kazimierz, o barrio judío, con sus sinagogas y cementerio, que, aparte de ser considerado como otro atractivo cultural de la ciudad, es una de las zonas de ocio más frecuentadas por la cantidad de restaurantes y bares que por allí abundan, siendo su principal referente la plaza nueva o plaza de los judíos, con su mercadillo de antigüedades, y un curioso edificio de ladrillo en el centro que según parece fue en su día un mercado de carne o carnicería, ocupado hoy por locales de comida rápida. La verdad es que la ciudad tiene mucho que ver y que hacer, y después de la primera impresión, abundamos en todos los lugares señalados; pero no pudimos irnos sin dejar de visitar en las cercanías la que es a mi juicio la visita estrella por lo curioso, distinto y especial. Me estoy refiriendo a la mina de sal de Wieliczka. No es de extrañar que aparezca en la lista de monumentos patrimonio de la humanidad. De sus galerías se extraía desde la edad media la preciada sal, y el recorrido impresiona no sólo por el descenso al subsuelo, sino por la sucesión de lagunas, bóvedas, capillas, esculturas, etc. que nos vamos encontrando. Imprescindible. Y antes de pasar a hablar de las cosas del estómago, no puedo dejar de referirme a otra de las visitas que pueden hacerse en estos alrededores de Cracovia, y esta visita, de infausto recuerdo por los allí caidos, no es otra que la del campo de concentración de Auschwitz-Birkenau. Todos conocemos la desgraciada historia del exterminio de los judios y miembros de otras razas y creencias por parte de los nazis en el segundo conflicto mundial del pasado siglo. Mi particular impresión es que visitar este sitio consiste en una lección de historia, por las terribles consecuencias que tuvo y un pequeño homenaje a las víctimas. En definitiva, Cracovia es un destino fantástico que no debemos dejar de visitar, muy, muy recomendable.

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Roma, cittá aperta II (La panza) http://panzayandanza.es/index.php/roma-citta-aperta-ii-la-panza/ http://panzayandanza.es/index.php/roma-citta-aperta-ii-la-panza/#comments Fri, 24 May 2013 09:12:13 +0000 panzayandanza http://panzayandanza.es/?p=142 Pasta fresca

Y en cuanto a lo culinario se refiere, la oferta es ingente y variada, pero me voy a atrever a recomendar algunos establecimientos de mi gusto, de sabor local, donde degustar las especialidades romanas y del resto del país. Comenzaremos con L’Antica Birreria Peroni (Via S. Marcelo, 19), auténtica cervecería donde además de satisfacer los gustos de los amantes del lúpulo (la cerveza Peroni es de las mejores de Italia), se podrán pedir carnes y pastas en un ambiente muy cálido. De vez en cuando alguno de los cocineros sale al salón a hacer alguna broma a los comensales, desatando la algarabía entre estos.

Cul de sac (Piazza di Pasquino, 73), un restaurante-vinoteca que pese a lo estrecho de su espacio, ofrece grandes platos, cocinados primorosamente, desde la trippa romana (callos al estilo de Roma), maravillosos platos de carne (el estofado de conejo no podía estar más bueno) y variadas pastas (¡la lasaña estaba espectacular!), y al contener un sinfín de referencias de vinos, podemos dejarnos recomendar y escoger uno del Lazio, por supuesto, por aquello de estar en esa región; no olvidemos pasarnos a reservar donde nos darán un trozo de papel con un número escrito que será nuestro turno de mesa.

Muy, muy cerca del Cul de sac, encontraremos el delicioso Mimì e Cocò (Via del Governo Vecchio, 72), que se define a sí mismo como vinoteca, siendo un lugar magnífico para almorzar, cenar, tomar una cerveza, un vino o cualquier aperitivo, y deleitarnos en la atmósfera del centro histórico de la ciudad; están aperti tutti i “santi” giorni, como reza su tarjeta.

De pizzerías podemos recomendar dos de las más afamadas, que podremos visitar también por el centro, que son Baffetto (Vía Governo Vecchio, 114, en la misma calle que el Mimì e Cocò) y La Montecarlo (Vicolo Savelli, 13). Cambiando de zona, como si subieramos hacia el Quirinal, subiendo unas cuestas y dejando atrás el Mercado de Trajano, nos encontraremos la Vía Nazionale, y a su lado, en el mencionado barrio dei Monti, encontraremos multitud de locales que harán nuestras delicias. Quizá el más concurrido y popular de toda esa zona es el Ai Tre Scalini (Via Panisperna, 251) que por su algarabía nos recordará de forma inmediata a un bar español. Se trata de un local ideal para disfrutar de buen ambiente, con buena música, concurrido, y perfecto para  tomar unas cañas o unos vinos acompañados de platos sencillos y sabrosos.

No muy lejos de allí, encontraremos el encantador Al vino al vino (Via dei Serpenti, 19), lugar magnífico para degustar cualquier vino de su extensa carta, como no podría ser de otra forma, dado el nombre del establecimiento, así como charlar en un ambiente distendido, también con mucha gente.

Cambiando de zona, muy cerca del Panteón, justo enfrente del Templo de Adriano, se encuentra la Osteria dell’Ingegno (Piazza di Pietra, 45), un sitio magnífico, con mucho estilo, para degustar tanto cocina italiana e internacional, ideal para acudir con pareja y gozar de una cena romántica. Por último, ya que la lista de restaurantes y locales donde disfrutar de la cocina romana podría ser interminable, tenemos el magnífico Il Brillo Parlante (Via della Fontanella, 12, cerca de la Piazza del Popolo), bar, pub, restaurante, pizzeria, es un lugar perfecto para tomar una copa como para cenar tanto en grupo como íntimamente.

Que cada cual busque su propia Roma, su esencia, su alma, puesto que a pesar de ser única, posee muchas caras, múltiples sabores e infinitos recorridos, por ello, mejor conocerla caminando con el peligro de caer enfermos de tanta belleza (y tanta comida).

 

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Roma, cittá aperta I (La andanza) http://panzayandanza.es/index.php/roma-citta-aperta-i-la-andanza/ http://panzayandanza.es/index.php/roma-citta-aperta-i-la-andanza/#comments Fri, 24 May 2013 08:53:13 +0000 panzayandanza http://panzayandanza.es/?p=133 La Fontana de Trevi

Tomo prestado, en un sentido y contenido completamente distintos, el título de la película de uno de los padres del neorrealismo italiano, Roberto Rosellini, para redactar unas líneas en homenaje a una de las más bellas ciudades del mundo. También podría haber tomado prestado el título del libro que dedica Rafael Alberti a las calles que amó profundamente y en las cuales vivió durante su exilio italiano: Roma, peligro para caminantes.

De cualquier modo, a la llamada Ciudad Eterna no le faltan apelativos ni trovadores que ensalcen su belleza, Roma es, sencillamente, espectacular. Como cualquier capital turística, tiene sus visitas que podríamos llamar, obligadas, pero quizá la esencial diferencia entre el turista y el viajero (que cada cual se considere como quiera) hará que la visita a la ciudad que nos ocupa sea también distinta. En mi humilde opinión, en un viaje, o varios viajes, a Roma no se pueden pasar por alto el Coliseo y el Foro Romano; el Panteón de Agripa; La Fontana de Trevi; La Plaza de España; Campo dei Fiori, su mercado y la estatua de Giordano Bruno; El Monumento a Vittorio Enmanuelle II y la plaza Venecia;  Las Basílicas Santa María la Mayor y la de San Juan de Letrán; La Piazza Navona; La iglesia de San Pietro in Vincoli con su Moisés de Miguel Ángel; y por supuesto la Basílica de San Pedro y los museos vaticanos.

Evidentemente, la relación se me queda muy corta, pero, objetivamente, son los lugares artísticamente más valorados y elogiados, así como los más visitados, lo cual ya es un comienzo. Sin embargo, como decíamos, esto de los viajes no deja de ser algo, en cuanto a gustos, muy personal, íntimo, y a veces, intransferible, y por ello propongo al visitante otros recorridos donde puede apreciar la vida cotidiana de los habitantes de la urbe, lugares especiales que no todo el mundo conoce o, al menos, hacer un recorrido sin la presencia masiva de visitantes. Por ejemplo:

Una calle que me encanta es la Via dei Corolari (cerca de la Piazza Navona) donde puedes encontrar desde anticuarios, tiendas de bisutería u orfebres, cafés escondidos, hasta una galería de arte, un restaurante típicamente romano o una tienda que vende uniformes y cascos alemanes de la segunda guerra mundial.

El barrio de Monti, es todo un descubrimiento, se encuentra muy cerca del centro, cerca de la estación Termini, entre la Vía Nazionale y la Vía Cavour, a un paso de todo, allí los establecimientos que encuentras son también muy especiales, ya que se percibe que es un barrio de moda en la actualidad, donde predominan las tiendas de diseño, de mobiliario, decoración, ropa o joyas, e igualmente todo tipo de restaurantes o bares, tanto italianos  (osterias, trattorias, pizzerias, vinotecas, etc.) como otros de cocina internacional, todo ello en un ambiente que se palpa como muy doméstico, sin dejar de estar enclavado en el centro histórico de la ciudad.

Un paseo de domingo (ya que ese día se encuentra cerrrado el recorrido al tráfico rodado, con excepción del transporte público, en teoría, claro, porque puedes encontrarte algún vehículo haciendo carreras, ¡estamos en Italia!) por la Antica Via Appia, es muy interesante, sobre todo si tienes conocimiento que estás atravesando una auténtica calzada romana, en concreto, la que unía Roma con el Adriático, y además en el trayecto podemos visitar las catacumbas cristianas y otros monumentos de interés como el mausoleo de Cecilia Metella (podemos combinar esta excursión con una visita a las Termas de Caracalla).

Un recorrido que nos hará llevarnos un recuerdo imborrable es pura y sencillamente visitar el Trastevere sin un plan preconcebido, es decir, dejar que nuestros pasos se pierdan en este barrio con sabor único, sentándonos en una terraza de cualquier bar a tomar un café, observar los desvencijados edificios con sus ropas puestas a secar, o elegir un restaurante al azar que colmará (sin necesariamente defraudarnos) el tópico del mantel a cuadros, botella de chianti y camareros gritones.

Un paseo por el Pincio nos dará una vista de Roma que dificilmente encontraremos en otro lugar, además de buscar solaz en uno de los parques de una ciudad que, por razones obvias, está plagada de visitantes, como decíamos; también podemos aprovechar para dar una vuelta por Villa Borghese y sus alrededores.

El maravilloso rincón que es el Arco degli acetari, muy cerca del Campo dei Fiori, estampa de un patio tradicional en la ciudad antigüa; y muchos, muchos, muchos otros lugares especiales por descubrir.

 

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Hilario Camacho ¡vive! http://panzayandanza.es/index.php/hilario-camacho-vive/ http://panzayandanza.es/index.php/hilario-camacho-vive/#comments Thu, 10 Jan 2013 08:54:03 +0000 panzayandanza http://panzayandanza.es/?p=115

Desconozco si al desaparecido cantautor Hilario Camacho le gustaba el cocido madrileño, pero al haber nacido en el Foro presumo que alguna vez visitaría La Bola, Malacatín, Casa Carola, La Daniela, o acaso Lhardy, como templos donde se degusta el plato más famoso de la capital, siendo su emblema gastronómico, aparte de que podamos encontrar todo tipo de comidas y cocinas en Madrid, faltaba más.

Mi devoción por la música de Hilario Camacho comenzó, imagino que a otras personas les pasaría lo mismo, pese a que ya llevaba muchos años dándole caña a su guitarra, cuando pusieron en la tele la serie Tristeza de amor, siendo nuestro ídolo el compositor de la canción de dicha serie. Después hicieron en TVE un programa monográfico sobre su obra y ya quedé definitivamente enganchado a su música, como el  descubrimiento de una nueva sensibilidad en el ámbito musical, otra forma de expresión, en complemento, sin duda alguna, con la admiración que sentía y siento hacia Joan Manuel Serrat, Joaquín Sabina, Santiago Auserón o Los Secretos, por citar algunos, con cuyas melodías he ido creciendo, poniendo banda sonora a mis recuerdos y carátula a tiempos pasados; sin olvidar, por supuesto que nuestro cantante colaboró y fue co-compositor de multitud de temas algunos de los anteriormente citados cantantes, y también con otros como Pablo Guerrero o Kiko Veneno.

Podríamos decir que Hilario Camacho es un autor algo conocido poco reconocido, y disculpen el retruécano; fue un artista en vanguardia, con afán de experimentación sonora en sus comienzos, no fue, por decirlo de algún modo, un cantautor al uso, y sin embargo, nunca dejó de tener un cierto halo marginal, como si su música fuera de minorías, o como se dice muchas veces, de culto. Temazos como Cuerpo de ola, Final de viaje, Tú, Los cuatro luceros o Sol en invierno, no pueden ni deben quedar en el olvido. Recuerdo que un punto de inflexión en su obra fue cuando sacó al mercado en el año 1997 su disco en directo titulado En Concierto, y siempre me pregunté cómo habría sido escoger las 12 mejores canciones de un repertorio tan bueno, por lo menos para mis gustos. Nunca pudo dejar de cantar a su ciudad y de ello son ejemplo las canciones Madrid Amanece y Un extraño en Madrid.

Pero vamos a lo que vamos, porque Hilario no puede desligarse de Madrid, de los escenarios, y como estamos donde estamos y sobre lo que se supone que tenemos que escribir, también de la riqueza culinaria de sus bares y restaurantes (tengo que decir que hace poco me he enterado que existe una iniciativa ciudadana para ponerle a una calle madrileña el nombre de Hilario Camacho, ¡bien por esa iniciativa, lo merece!). Hilario nació en el barrio de Chamberí y siempre vivió en dicho barrio, y como poeta de lo cotidiano que fue, frecuentó sus restaurantes, bares y tabernas, y seguro que anduvo, cerca de su casa, por El Chorizo loco, La Cervecería Chamberí, Oldenburg (una de las cervecerías más completas de  Madrid con un sinfín de marcas), La Giralda (hay dos establecimientos más), Paulino, etc., por decir unos cuantos donde en ese deambular por esa zona de la ciudad se inspiró.  Estas líneas no ha sido sino una excusa para recordar a un cantante, cantautor, poeta, intérprete, o lo que fuere, al cual he admirado desde que supe de él. Hilario, estés donde estés, te seguimos recordando y admirando, y quiero que sepas que yo también Oigo trenes.

 

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Miami, universo latino (para comer, entre otras cosas) (y III) http://panzayandanza.es/index.php/103/ http://panzayandanza.es/index.php/103/#comments Thu, 25 Oct 2012 08:33:01 +0000 panzayandanza http://panzayandanza.es/?p=103 Hotel Biltmore

Después de tanto ajetreo gastronómico por el centro, qué mejor que darnos una vuelta a un lugar a tiro de piedra como es Key Biscayne, en castellano, Cayo Vizcaíno (no está de más que aclare que un key o un cayo no es otra cosa que una isla pegada al continente, o una sucesión de ellas como extensión de aquel, como comentaremos más adelante), otra de las partes privilegiadas de Miami, con un parque natural magnífico, zona residencial absolutamente privilegiada y con un magnífico parque de ocio que es el Miamiseaquarium para ver orcas, delfines, focas, tortugas y otras especies marinas.

A Key Biscayne se llega desde Brickell hacia el sur y luego siguiendo la indicación que nos lleva al puente que une la isla con la ciudad, pasando por un peaje. Podríamos decir que siendo un lugar tan cercano, tenemos la sensación de ubicarnos en otro lugar; es ideal para pasear o ir a relajarnos tomando una copa o almorzar mirando el mar, siendo muy recomendable llegar hasta el faro desde donde obtendremos una vista magnífica. De vuelta al continente, tan cercano en este caso, no podemos dejar de visitar el barrio de Coral Gables.

Vaya por delante antes de continuar, que mi particular sensación al visitar algunas de las distintas áreas de la ciudad, es que he sido transportado a otro paraje, desde luego muy lejano del que he partido, lo cual ejemplifica la variedad de ambientes en el espacio urbano. A lo que vamos, Coral Gables es un barrio residencial donde predomina una vegetación exhuberante, como en otras partes de la urbe, y si por los alrededores de South Beach había mansiones, aquí también las hay sin nada que desmerecer a las anteriores, aunque no estén a pie de mar.

El tipo de arquitectura que predomina es la colonial española, y esto nos debe dar idea del entorno tan peculiar en el que nos encontramos, y curioso también es que los nombres de las calles del barrio corresponden a provincias y regiones españolas. Podríamos decir que la perla de Coral Gables es el hotel Biltmore, una verdadera institución de la hospedería en Miami por su tradición, ubicación e instalaciones, entre otras cosas; cuenta con una piscina increíble, campo de golf, spa, en fín, de todo; desde luego lo que no le falta es espacio, y como anécdota podemos contar que Al Capone tenía siempre reservada una suite en este hotel al que venía a descansar de tanto delinquir.

La torre que emerge del edificio nos recuerda inequívocamente a la Giralda sevillana, siendo un motivo más de la influencia hispánica por aquellas tierras. Si no nos alojamos en el hotel, es preceptivo tomar un café o una copa en el bar y aprovechar para fisgonear un poco en establecimiento tan singular.

De todas las excursiones que se pueden hacer desde Miami, y son muchas y todas interesantes (Parque Nacional de los Everglades, el Space Center de Cabo Cañaveral, Escapada en barco a Bahamas desde Fort Lauderdale, Disneyworld en Orlando, etc., etc., etc.)  la que más me gusta, con diferencia sobre el resto, es el recorrido por los cayos de Florida, el itinerario Miami-Key West, que viene a ser el recorrido desde nuestra ciudad hasta el más alejado de los cayos que en racimo desde el sur de la península de Florida se adentran hacia el Golfo de México.

A quien como a mí le guste el mar (esto me hace evocar el libro de poemas de Iris Zabala, que tiene un título precioso: Que nadie muera sin amar el mar) es como darse un festín acuático, un atracón de océano, una inmersión en un ecosistema privilegiado, en este caso, protegido por la red de parques nacionales de los EEUU, por ser un espacio natural de alto valor ecológico.

Durante parte de ese recorrido sólo existirá la carretera y el mar, playas de arena blanca y un colorido espectacular. Conforme vayamos haciendo camino recorreremos Cayo Largo (no olvidemos la película homónima protagonizada por Humphrey Bogart, Edward G. Robinson y Lauren Bacall), Islamorada, Marathon, hasta llegar a Key West, cuya españolización fonética lo ha convertido en Cayo Hueso para los hispanohablantes, el punto más meridional de los Estados Unidos (de Norteamérica, claro) continentales, de lo cual queda constancia en una enorme boya que lo certifica.

La llamada Conch Republic se caracteriza por tener un ambiente bohemio, muy pausado, al ritmo del clima y del oleaje, patria de escritores, pintores y artistas en general. Visitaremos la casa de Hemingway, hogar del premio Nobel durante la década de los años treinta del pasado siglo y nos solazaremos tomando una copa o varias en el famosísimo Sloppy Joe’s (nadie que pase por Key West puede dejar de visitarlo) y almorzaremos o cenaremos en el cubano Mesón de Pepe brindando por tener la suerte de poder contemplar uno de los más bellos ocasos del mundo.

EPÍLOGO: hay mucha tela que cortar en Miami, es un destino pero que muy recomendable.

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Miami, universo latino (para comer, entre otras cosas) (II) http://panzayandanza.es/index.php/miami-universo-latino-para-comer-entre-otras-cosas-ii/ http://panzayandanza.es/index.php/miami-universo-latino-para-comer-entre-otras-cosas-ii/#comments Fri, 05 Oct 2012 08:08:58 +0000 panzayandanza http://panzayandanza.es/?p=89 Miami Brickell

Resulta, cuanto menos, curioso, que el primer lugar donde llegaron los conquistadores españoles a Miami, encabezados por Juan Ponce de León, a la sazón, descubridor de La Florida, donde establecieron un pequeño fuerte, es el barrio o zona denominados como Brickell, donde en la actualidad existen elevados edificios de apartamentos de lujo y rascacielos que albergan bancos y sociedades mercantiles (hay una pequeña placa que testifica este dato en la propia Brickell Avenue), en lo que vendría a ser el distrito financiero de la ciudad.

Precisamente allí es donde vive mi amiga Jamileth, a la cual me unen casi dos décadas de recíproco y sincero afecto, ejerciendo de excepcional anfitriona y gran cicerone en cuanto a esa ciudad se refiere, compañera de andanzas culinarias y viajeras, que aguanta estoicamente mis caprichos y ansias por ir a todas partes y verlo y probarlo todo. Y aprovechando que estamos en Brickell, confieso que este es quizá el lugar donde aparece el mosaico de sabores latinoamericano más variado y el que a mí más me gusta.

En la propia Avenida Brickell encontramos un bistró argentino llamado Novecento, el cual me encantó desde el principio no sólo por su cocina (empanadas, ensaladas, pasta, asado de pollo, entraña, bifes, etc.) sino porque tiene una barra ovalada en la zona previa al restaurante que le da mucho estilo al local y lo hace muy acogedor para tomar una cerveza o una copa. Junto a este restaurante, pared con pared, terraza con terraza, está el Segafredo Brickell, establecimiento ecléctico para comer o cenar, tomar copas, café, conversar, escuchar a un dj de moda o incluso echar un baile.

No demasiado lejos de allí, aparece uno de los mejores sitios de la ciudad para comer carne, al estilo norteamericano, con todos los cortes (de Chicago, de Nueva York), se llama Morton’s (The Steakhouse), cadena que tiene locales en casi todos los estados de EEUU, y en Miami, aparte del de Brickell tiene otros dos más en North Miami Beach y en Coral Gables. Volviendo otra vez al sur del continente americano, en cuanto a gastronomía se refiere, voy a recomendar otros espacios, y a tal fin el Rosa Mexicano, situado en cerca del Down Town (Mary Brickell Village, un centro comercial) es un exponente magnífico de cocina mexicana, con una decoración muy apropiada, con esa gracia para combinar colores que procura captar el ambiente charro, donde podremos probar buenos guacamoles, tacos, tortitas y quesadillas, y mejores margaritas y tequilas reposados.

El Señorial es un restaurante peruano que está también en la zona donde nos encontramos, a un paso del Down Town y Coral Way. Aparte de las innumerables cuzqueñas (cerveza de Cuzco) que trasegué cuando estuve allí, disfruté con auténtica fruición de un ceviche de corvina exquisito; recuerdo que, por supuesto, la carta tenía otros ceviches, de mariscos por ejemplo, tiraditos, camarones cocinados de todas las formas, tacu-tacu (un plato tradicional del Perú hecho a base de frijoles y arroz), y otros platos, no sólo de pescado, también de carne.

Marchándonos para Colombia, tenemos en Miami el Monserrate, local al oeste de Brickell, en Coral Way, donde podemos comer todas las especialidades de ese país, a saber, churrascos de corte colombiano, ajíaco, sobrebarriga, mondongo, carnes de todo tipo y también pescados como el pargo rojo frito. Otro local colombiano es el Pueblito Viejo 2 (el 1 está en Chicago), restaurante de decoración abigarrada, a primera vista casi un museo, muy pintoresco y acogedor, un buen sitio para montar una fiesta, sombreros, flores, instrumentos, mesas con fotos, billetes y etc. etc., se pueden comer arepas, chicharrones, sancocho…; recuerdo que nosotros comimos aquel día una bandeja paisa y otra de carne picada, muy ricas, todo hay que decirlo.

No se me puede olvidar un dato importante en toda esta zona, fundamentalmente en el Down Town, con continuidad hacia Brickell y hacia distrito Omni, éste al norte del citado Down Town: el Metromover. El transporte por estos barrios es magnífico gracias a este metro elevado cuya línea sinuosa serpentea entre los rascacielos (subirse a dar una vuelta es todo un espectáculo urbano), y para desplazamientos a otras zonas de la ciudad se puede combinar con autobús o con el metrorail, pero lo más importante de todo es que es ¡gratis! con lo cual no digo más. Continuará…

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Miami, universo latino (para comer, entre otras cosas) (I) http://panzayandanza.es/index.php/miami-universo-latino-para-comer-entre-otras-cosas-i/ http://panzayandanza.es/index.php/miami-universo-latino-para-comer-entre-otras-cosas-i/#comments Fri, 28 Sep 2012 11:32:55 +0000 panzayandanza http://panzayandanza.es/?p=79 Miami

Por suerte o por desgracia, que es como no decir nada, sólo he visitado de los Estados Unidos de Norteamérica (también son Estados Unidos los mexicanos) el estado de Florida, y allí siempre he fijado como centro neurálgico y necesaria base de operaciones la ciudad de Miami. ¡Qué gran ciudad es Miami!

Mi primera incursión por aquellas tierras se remonta al año 1993, y ese mismo año estuve dos veces, donde ya me fue inoculada la adicción a su ambiente, a sus calles, a sus restaurantes, a su clima tropical, a sus playas… desde entonces, a veces con largos espacios temporales, he vuelto con el morbo de comprobar si todo sigue igual o hay cambios sustanciales en la urbe. Se puede pasar una temporada sin necesidad de hablar inglés, claro que ello depende de por dónde te muevas, pero si te atrae el mundo latino sudamericano no dejarás de comunicarte en español.

No sé por dónde empezar, pero me voy a inclinar por lanzar unas líneas sobre la Pequeña Habana, cuya arteria principal es la calle 8. Aquí nos encontramos en el reino de la comunidad cubana en Miami, manteniendo sus costumbres y exhibiéndolas en locales comunales a la vista del transeúnte (hay recorridos turísticos de la ciudad que incluyen en su programa la Pequeña Habana). Todo el barrio está lleno de restaurantes latinoamericanos, pero evidentemente predominan los cubanos, y entre ellos, destaca por su tradición y popularidad el Versailles, que, con sus espejos y lámparas, nos transporta a otra época. Aquí podremos degustar cualquier especialidad de la cocina cubana, como picadillo criollo, moros y cristianos, ropa vieja, yuca, ajiaco, etc.

No muy lejos del anterior, en una esquina de la citada calle 8, tenemos Casa Juancho, quizá el restaurante español más famoso de la ciudad, donde podemos comer cualquier plato que se nos ocurra de nuestra gastronomía, a saber, paella, bacalao a la vizcaína, tortilla de patatas, fabada, o cualquier otra delicia de nuestro extenso repertorio culinario. La decoración asemeja un mesón hispano y tiene muy buen ambiente en sus distintas dependencias, y otra cosa más: todas las noches canta un grupo de la Tuna, con lo cual, más español no puede ser.

Si hemos elegido para cenar cualquiera de los dos restaurantes citados deberemos encaminarnos calle 8 hacia el este, es decir, hacia el Down Town (centro de la ciudad, zona ejecutiva y administrativa) y dirección al mar, y encontraremos por la Miami Avenue un local llamado Tobacco Road, muy cerca del río, que tiene por gala ser el bar más antigüo de Miami, o lo que es lo mismo, el primero que consiguió licencia para servir alcohol en la ciudad. Es un sitio incombustible (¡este año cumple cien de existencia!), con actuaciones en vivo todos los días de la semana y una atmósfera fantástica para los amantes de la música; también tienen carta de comida, y aparte de bebernos unas cervezas podremos degustar unas buenas hamburguesas, unos nachos o unas alitas, tiene además terraza y hacen barbacoas. Le tengo mucho cariño a este sitio, porque pasé muy buenas veladas, con excepción de una de ellas, porque nos robaron el coche en la puerta del local, con gran disgusto para el grupo reunido, teniendo la historia final feliz porque lo recuperamos en un par de días.

Del Down Town nos vamos a ir a otra parte de la ciudad, no demasiado lejos, pero para cambiar de ambiente, nos vamos a South Beach (la zona sur de la playa de Miami), al Distrito Art Decó, al escaparate de Miami y quizá la estampa más divulgada de la ciudad. Cruzaremos puentes y veremos mansiones espectaculares con embarcadero propio, una vegetación que todo lo rodea, y el mar por todas partes. Una vez aparcados, nos daremos un garbeo observando por todas partes el ambiente de los años veinte del siglo XX en cuanto a arquitectura se refiere, los colores pastel, las formas caprichosas de las fachadas y los neones cuando llega la noche.

Son muchos los hoteles que se han mantenido y reformado creando ese barrio tan caracterísco, y por citar algunos de ellos encontraremos en nuestro paseo el hotel Colony, el Victor, el Breakwater, el Avalon… Y además de arte también veremos un paisaje playero donde los haya, fundamentalmente en Ocean Drive, la avenida principal de South Beach, que tiene vida de día y de noche, donde sentado a una terraza puedes dedicarte a contemplar el ir y venir de todo tipo de gente, el devenir particular de un icono turístico a nivel mundial. Para remojar el gaznate y cuidar la panza recomiendo un par de sitios, que además están en el meollo, en la misma Ocean Drive.

El primero se llama News Café y es un local abierto las 24 horas donde puedes degustar desde un zumo de zanahoria hasta cualquier tipo de cerveza, y para comer, desde una ensalada hasta la mejor de las hamburguesas o carnes a la brasa; también puedes disfrutar de la extensa variedad de periódicos y revistas a disposición del cliente, es un lugar de una atmósfera especial, no sólo por su ubicación. Y en segundo lugar, no estaría de más tomar un mojito u otro cóctel en uno de los locales de Gloria Estefan en Miami, el Larios on the beach, local con ambiente cubano, para picar algo y dejarnos llevar con la música a otra época y otro lugar aproximadamente a noventa millas de allí.

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Lo que la isla te da, la isla te lo quita http://panzayandanza.es/index.php/lo-que-la-isla-te-da-la-isla-te-lo-quita/ http://panzayandanza.es/index.php/lo-que-la-isla-te-da-la-isla-te-lo-quita/#comments Fri, 14 Sep 2012 10:40:21 +0000 panzayandanza http://panzayandanza.es/?p=69 Isla de Tabarca

Tenemos la equivocada costumbre de dar más valor a las cosas foráneas que a las propias, y ello vale, sin duda alguna, para los viajes. En este aspecto,  equiparamos muchas veces viajes lejanos con los mejores destinos y esa ecuación no es siempre correcta. Existen los paraísos cercanos, e incluso inmediatos, en cuanto a distancia geográfica se refiere. En estas líneas voy a referirme a un paraíso que los alicantinos tenemos a tiro de piedra: la isla de Tabarca, denominada con propiedad, Nueva Tabarca o Isla Plana.

Todavía me encuentro a paisanos que confiesan el pecado de no haber ido nunca, aunque todo sea dicho, cada vez son los menos. Desde luego la Tabarca que yo visito y gozo no es la de la imagen de hordas de turistas bajándose de los barcos que van desde Alicante o Santa Pola bajo un sol de justicia portando bañador, sombrilla y túper; la Tabarca que suelo visitar tiene un ritmo lento, una cadencia que gira en torno al mar que te atrapa desde el primer momento, máxime si tienes la intención de pernoctar o quedarte unos días.

Resulta muy placentero madrugar e irte a circundar la isla dando un paseo rematándolo con un baño; o también, coger unas gafas de bucear y un tubo, y darte un garbeo submarino sin mucha dificultad, lo cual es una experiencia que recomiendo porque al tratarse la isla de una reserva marina (la primera que hubo en España) la fauna está regenerada y es muy bonito bucear tan cerca de la costa entre multitud de peces; en especial, recuerdo las bandadas de salpas comiendo en los algueros, distinguiéndose desde lejos en los días luminosos cuando los rayos de sol traspasan el agua y crean destellos en los cuerpos de los peces.

Después de darnos un baño (o varios) llega la hora del aperitivo, y toca seguir sufriendo cuando vamos a la búsqueda de la cerveza, vermú o paloma que sacie la sed ante las arduas tareas que hemos desempeñado, y cuando nos encaminamos al restaurante alcanzamos uno de los momentos clave del día,  que no es otro que el de la comida o almuerzo. Con la gran tradición marinera de la isla el plato estrella es el caldero, especialidad tabarquina por encima de todo, elaborado con pescados de gran sabor, gallina y lechola fundamentalmente, y otros de roca y bahía para apoyar, siendo servido inicialmente éste acompañado con patatas hervidas con el caldo del pescado, y después el arroz cocido con el caldo restante; pero ello no quiere decir que las fideuás, los arroces abanda, negros o del señoret se queden atrás.

Mi restaurante favorito en Tabarca es Gloria, pero el del pueblo, el de la playa se lo dejo a los visitantes ocasionales, aunque hay que reconocer que hay otros que están muy bien, como Almadraba, Amparín, Los Pescadores, Anita, etc. Tras la comida nada como una copa en alguna de las terrazas que dan al mar y/o una siesta reparadora. Cuando el sol decae y ya no hace tanto calor, es obligatorio contemplar el momento mágico del ocaso con la devoción de un hombre primitivo hacia lo incomprensible pero al fin y al cabo bello, muy bello. Y para cenar, en cualquiera de los locales que se reseñan, pediremos un calamar de potera y cualquiera de los pescados ofertados a la plancha (dorada, lubina, pargo…), rematando, con gin-tonic, o sin él, con un paseo por la muralla que da al cabo de Santa Pola a contemplar el batir del mar sobre la piedra y las luces de la costa cercana para asegurarnos nuevamente que estamos en una isla, y por ello cercanos y lejanos a la vez.

Tal vez, por todo esto que cuento, empezó a correr de boca en boca, a modo de letanía, entre todos los amigos que a lo largo de los años hemos compartido gozosas estancias en la isla, la advertencia de que como lo vas a pasar tan bien, lleva cuidado cuando te toque marcharte porque sentirás tristeza al acabar tu estancia porque lo que la isla te da, la isla te lo quita.

NOTA: Lo relatado es para una visita estival, en otras estaciones, haremos otras cosas, evidentemente. No es necesario hacer de una sola tacada la apretada agenda que se indica, lo que es imprescindible es disfrutar con fruición cualquiera de las sugerencias apuntadas.

 

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