oct 5, 2012 - Sin categoría    4 Comentarios

Miami, universo latino (para comer, entre otras cosas) (II)

Miami Brickell

Resulta, cuanto menos, curioso, que el primer lugar donde llegaron los conquistadores españoles a Miami, encabezados por Juan Ponce de León, a la sazón, descubridor de La Florida, donde establecieron un pequeño fuerte, es el barrio o zona denominados como Brickell, donde en la actualidad existen elevados edificios de apartamentos de lujo y rascacielos que albergan bancos y sociedades mercantiles (hay una pequeña placa que testifica este dato en la propia Brickell Avenue), en lo que vendría a ser el distrito financiero de la ciudad.

Precisamente allí es donde vive mi amiga Jamileth, a la cual me unen casi dos décadas de recíproco y sincero afecto, ejerciendo de excepcional anfitriona y gran cicerone en cuanto a esa ciudad se refiere, compañera de andanzas culinarias y viajeras, que aguanta estoicamente mis caprichos y ansias por ir a todas partes y verlo y probarlo todo. Y aprovechando que estamos en Brickell, confieso que este es quizá el lugar donde aparece el mosaico de sabores latinoamericano más variado y el que a mí más me gusta.

En la propia Avenida Brickell encontramos un bistró argentino llamado Novecento, el cual me encantó desde el principio no sólo por su cocina (empanadas, ensaladas, pasta, asado de pollo, entraña, bifes, etc.) sino porque tiene una barra ovalada en la zona previa al restaurante que le da mucho estilo al local y lo hace muy acogedor para tomar una cerveza o una copa. Junto a este restaurante, pared con pared, terraza con terraza, está el Segafredo Brickell, establecimiento ecléctico para comer o cenar, tomar copas, café, conversar, escuchar a un dj de moda o incluso echar un baile.

No demasiado lejos de allí, aparece uno de los mejores sitios de la ciudad para comer carne, al estilo norteamericano, con todos los cortes (de Chicago, de Nueva York), se llama Morton’s (The Steakhouse), cadena que tiene locales en casi todos los estados de EEUU, y en Miami, aparte del de Brickell tiene otros dos más en North Miami Beach y en Coral Gables. Volviendo otra vez al sur del continente americano, en cuanto a gastronomía se refiere, voy a recomendar otros espacios, y a tal fin el Rosa Mexicano, situado en cerca del Down Town (Mary Brickell Village, un centro comercial) es un exponente magnífico de cocina mexicana, con una decoración muy apropiada, con esa gracia para combinar colores que procura captar el ambiente charro, donde podremos probar buenos guacamoles, tacos, tortitas y quesadillas, y mejores margaritas y tequilas reposados.

El Señorial es un restaurante peruano que está también en la zona donde nos encontramos, a un paso del Down Town y Coral Way. Aparte de las innumerables cuzqueñas (cerveza de Cuzco) que trasegué cuando estuve allí, disfruté con auténtica fruición de un ceviche de corvina exquisito; recuerdo que, por supuesto, la carta tenía otros ceviches, de mariscos por ejemplo, tiraditos, camarones cocinados de todas las formas, tacu-tacu (un plato tradicional del Perú hecho a base de frijoles y arroz), y otros platos, no sólo de pescado, también de carne.

Marchándonos para Colombia, tenemos en Miami el Monserrate, local al oeste de Brickell, en Coral Way, donde podemos comer todas las especialidades de ese país, a saber, churrascos de corte colombiano, ajíaco, sobrebarriga, mondongo, carnes de todo tipo y también pescados como el pargo rojo frito. Otro local colombiano es el Pueblito Viejo 2 (el 1 está en Chicago), restaurante de decoración abigarrada, a primera vista casi un museo, muy pintoresco y acogedor, un buen sitio para montar una fiesta, sombreros, flores, instrumentos, mesas con fotos, billetes y etc. etc., se pueden comer arepas, chicharrones, sancocho…; recuerdo que nosotros comimos aquel día una bandeja paisa y otra de carne picada, muy ricas, todo hay que decirlo.

No se me puede olvidar un dato importante en toda esta zona, fundamentalmente en el Down Town, con continuidad hacia Brickell y hacia distrito Omni, éste al norte del citado Down Town: el Metromover. El transporte por estos barrios es magnífico gracias a este metro elevado cuya línea sinuosa serpentea entre los rascacielos (subirse a dar una vuelta es todo un espectáculo urbano), y para desplazamientos a otras zonas de la ciudad se puede combinar con autobús o con el metrorail, pero lo más importante de todo es que es ¡gratis! con lo cual no digo más. Continuará…

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Autor: Joaquin Martinez Alberca

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