sep 11, 2012 - Sin categoría    7 Comentarios

El cous cous cristiano de Finita

En Monforte del Cid, Alicante, localidad por donde, como reza el topónimo, anduvo Rodrigo Díaz de Vivar, héroe legendario de nuestro solar hispano, habita una cocinera excepcional, para más señas, madre de mi gran amigo Alfredo, que fue quien me llevó por primera vez –y nos lleva a todos los amigos de cuando en cuando- a comer a su casa. El nombre de quien ejerce ante los fogones es Finita, cuyo diminutivo no hace si no acrecentar su cercanía y humanidad ante todo el mundo.

La sabiduría culinaria le viene de lejos, y el santuario fue en tiempo inmemorial casa de postas, hostal, casa de huéspedes, restaurante, bar, casa de comidas… o todo ello al mismo tiempo, y con el mismo nombre mientras el establecimiento estuvo abierto: Los Arcos. No puedo dejar de hacer mención como dato imprescindible que, aprovechando que la carretera de Madrid pasaba por delante mismo del local, por allí pasaron, comieron, pernoctaron o se divirtieron personajes tales como Paco de Lucía, Ángel Nieto, Andrés Pajares, Raúl del Pozo … y hasta la mismísima Ava Gardner, la cual, y como no podía ser de otro modo, haciendo gala de su fama y aprovechando que iba a hacer noche montó una juerga de la cual todavía hablan los paisanos.

En cuanto a los guisos se refiere, nada se le resiste a Finita, sean cocidos, arroces, estofados, asados, fritos o lo que se le ocurra al comensal, son muchos años haciendo de comer para disfrute de clientes, familia y amigos, pero pese a que sea difícil destacar uno de los platos tan primorosamente elaborados, el que ocupa mi memoria gustativa es el cous-cous que elabora la cocinera. Debemos decir, a colación de este plato, que la influencia culinaria del norte de África en Alicante siempre ha existido, bien por los lazos de esta ciudad con la de Orán, bien por la gran cantidad de emigrantes franceses, llamados pieds noirs, que se establecieron en aquella tras la independencia de Argelia, amén de algunos rasgos árabes que conserva nuestra cocina por razones conocidas por todos. Pues bien, Finita borda el cous-cous con una peculiaridad: complementariamente al cordero (cuya carne es la utilizada para su elaboración siguiendo los cánones magrebíes) junto con las consabidas legumbres y vegetales, añade manitas de cerdo y chorizo de cantimpalo al guiso, lo cual hace que su sabor se acerque más a gustos españoles y haya creado una versión distinta del plato que fue bautizada por este cronista gastronómico como cous-cous cristiano.

Ni que decir tiene que Finita se ofrece como mínimo una vez al año a cocinarlo para todo el grupo de amigos de su hijo, los cuales acudimos en tropel y dándonos codazos. En cuanto al pueblo debemos decir que se ubica en la comarca del bajo Vinalopó, siendo zona donde se cosecha excelente uva de mesa, y lugar de destilación de anises y otros licores, con varias fabricas dedicadas a tal menester. Anécdota reseñable es la disputa entre Monforte del Cid y Novelda, localidades vecinas y por ello rivales, en cuanto al lugar de nacimiento del insigne marino Jorge Juan, ya que se desconoce exactamente si fue en un término municipal o en el otro donde fue alumbrado el citado navegante y matemático. Una vez en Monforte no se puede dejar de ir a Orito, pedanía de esa localidad, y visitar el santuario de Nuestra Señora y también subir a la cueva de San Pascual, lugar éste de devoción y peregrinaje incluso fuera de la provincia, sin olvidar las magníficas vistas que tiene el lugar por estar situado en un privilegiado promontorio.

Para terminar, no podemos de dejar de acudir al restaurante Iñaki a disfrutar de un arroz con conejo y caracoles, cocinado con sarmientos, que verdaderamente está para chuparse los dedos.

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Autor: Joaquin Martinez Alberca

7 Comentarios

  • Querido Joaquín, no solo suscribo absolutamente todo lo que aquí mencionas, sino que comparto mi admiración y cariño hacia Finita, además de aplaudir tu iniciativa por esta simpática forma de mostrarnos tus experiencias y excelencias. Un abrazo Will.

  • Felicidades…felicidades porque nadie podría plasmar sus andanzas gastronómicas con tanto detalle.
    Sugerente resulta cuando lo lees,e incluso consigues, que una se transporte un poco al lugar del que hablas.
    En esta ocasión,cuando te refieres al cous-cous cristiano de Finita, transmites un cariño, que cono no, a mi me ha tocado el corazón.
    Gracias por compartir con nosotros,tus amigos, esa andadura tuya por el mundo.
    Porque solo algunas personas,con una sensibilidad especial,son capaces de saborear,disfrutar y sacarle tanta esencia al placer de
    del buen comer.

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